En cuanto empiezan a sonar los instrumentos y no importa ya tu estado anímico, el cuerpo, la mente, el espíritu se alegran. Podés venir con bronca, triste, con ganas de dejar todo, super alegre, y ahí nomás te entra hasta el último rincón del cuerpo esas ganas de murguear que sentis toda la semana. Los que tocamos le ponemos corazón al mazo, suenan los parches, y de a poco todos nos sumamos para que salga biien y nos reimos si nos equivocamos, ni quieran saber si estamos en la calle y nos equivocamos nos miramos con picardía y dale para adelante. Los que bailan comienzan de a poco, uno, otro y con la musica se van animando, el ensayo el planear nuevos pasos, tratar de enseñar a los nuevos, darles confianza en la primer salida, y si te equivocas, no importa se enganchan en el paso siguiente. Así mimamos a nuestra murga, nos mimamos nosotros, nos damos esas alegrías que todo ser humano necesita. Si es invierno ensayamos bien abrigados, aún abajo de la lluvia, en pleno verano hasta tomar varias botelles de agua. El tema es estar:ahí en la murga. Que nos atrae?, qué pasión es ser murguero? se va uno haciendo, pateando la calle, las salidas, el contacto con la gente y lo más cuando bailan con nosotros. Cuando el estandarte va adelante indicando la salida y los corazones laten fuerte, te transpiran las manos, queré ya tocar y bailar ante el público, muy especial: dos, treinta, muchos. pero público muguero, que en su interior quisiera ser uno más de la murga y no se anima. Viejos murgueros que se alejaron, quizás por alguna razón muy intima, pero que en el fondo no dejará jamás de serlo. Los años de murga me enseñaron muchas cosas, que antes no comprendía, por no estar adentro, por estar del otro lado del mostrador. Por la murga lloré, me agarré muchas broncas con otros y conmigo misma, me alegré, no dormí por bordar, por escribir la mejor canción, por pensar en una nueva música, acordarme de lo malo y lo bueno. De los que ya no están, de los instrumentos, la ropa, los colores, los nombres, la historia. Murguear:alto tema, cada salida un recuerdo, una risa, un comentario, un grupo feliz. Si sos murguero me vas a entender más rápido. Esa canción de crítica, la alegre para el carnaval, la dulce, la protestona, ese bombo qué late como el corazón, el silbato; todo es un conjunto armonioso, el gesto de los bailarines, sus manos, sus pies al compás. Todo es murga, aunque sea por un rato.
ana risso
ana risso